QUERER Y NO QUERER
Es curioso pero de nada vale que se comunique la verdad si no estamos preparados para escucharla y aceptarla. Y en este caso no hablamos de una preparación mental o de conocimiento, sino a una disposición de ánimo de querer o no querer conocer para hacer. La verdad es lo que es y no cambiará nada que queramos o no conocerla, simplemente se hace presente en quienes se toman el trabajo de buscarla o resulta esquiva para quien prefiere la compañía de la ilusión y sentarse a comer con la falsedad. Todos hemos podido comprobar como la ignorancia se protege a sí misma, es como si la inconsciencia se complaciera con su estado, como si la ceguera gustara de ser ciega y sorda. Está claro que el sistema se preserva a sí mismo y que tiene sus topes de seguridad que saltan cuando éstos han sido rebasados, que han logrado convertir una gran parte de la sociedad en ganado que se cuidan y vigilan los unos de los otros para que nadie pueda salir del rebaño. Solemos pensar que el sistema es aquel