CARTA DE STAN LEE CONTRA LA INTOLERANCIA


El racismo y la intolerancia se cuentan entre las peores plagas sociales que afectan al mundo, pero a diferencia de un grupo de supervillanos disfrazados, no son algo que pueda combatirse con un puñetazo en los morros o una pistola de rayos. La única manera de destruirlos es exponerlos, revelarlos como el insidioso mal que son en realidad. 

La intolerancia es un odio irracional, un odio ciego, fanático e indiscriminado. Si su objetivo son las personas negras, odiará a todas las personas negras. Si un pelirrojo le ofendió una vez, odiará a todos los pelirrojos. Si un extranjero le superó en un puesto de trabajo odiará a todos los extranjeros sin excepción. 

La intolerancia odia a personas que nunca ha conocido con la misma intensidad, con el mismo veneno. No podemos esperar de forma razonable que un ser humano no moleste a otro en algún momento, pero aunque todos tenemos el derecho de que no nos guste otra persona, lo que es completamente irracional y desquiciado es condenar toda una raza, despreciar a toda una nación, vilipendiar toda una religión. 

Tarde o temprano, debemos aprender a juzgar a los demás por sus propios méritos. Tarde o temprano, si el ser humano quiere ser digno de su propio destino, debemos llenar nuestros corazones de tolerancia. Entonces y solo entonces seremos dignos del concepto de que hemos sido creados a imagen y semejanza de dios, un dios que nos considera a todos como sus propios hijos. 

Paz y Justicia.

Carta publicada por el guionista, el gran Stan Lee, hace 49 años, cuyo contenido, lamentablemente para la raza humana, aun sigue vigente. La carta se publicó originalmente el mismo año en el que Martin Luther King fue asesinado, 1968.

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