¿SABES CUÁNDO FALLAMOS?
Fallamos cuando valoramos más a los de fuera, que los que son de nuestra propia casa.
Fallamos cuando escribimos grandes textos de homenajes, o planeamos fiesta para amigos o apenas conocidos, y olvidamos homenajear todos los días a nuestra familia.
Fallamos cuando la vajilla nueva es para las visitas, pero para los de casa, la taza rota.
Fallamos cuando nos empeñamos tanto en agradar a los demás, pero para hacer un favor a nuestra madre, es una carga.
Fallamos cuando en los círculos de amigos, o en las redes sociales, exhibimos un amor incondicional por nuestra familia, pero en casa rechazamos llevar un vaso de agua para ellos.
Fallamos cuando brindamos apoyo de inmediato a nuestras amistades, pero cuando se trata de nuestra familia, tardamos demasiado y, a veces, no les brindamos apoyo...
Fallamos cuando vestimos nuestras mejores ropas y mostramos solo sonrisas ante la sociedad, pero cuando nuestra familia viste humildemente hasta llegamos a avergonzarnos y entonces lo que mostramos es solo nuestra apatía y amargura de nuestro ser.
Pero también fallamos cuando apagamos nuestros sueños, cuando encontramos solo violencia, frustración, miedo, indiferencia, inseguridad, todo esto generado por la familia... Nos fallamos a nosotros mismos...
La familia es la primera escena en la que nos convertimos en actores de nuestra propia historia... Y lo que mostramos a la sociedad es reflejo de nuestra familia...
La familia es el bien mayor del ser humano pero también podría ser, dependiendo de qué tan disfuncional sea, nuestro mayor mal; sin embargo debemos tener el coraje para defender a nuestra familia cuando es sana y nos protege, pero también debemos tener el mismo coraje para alejarse de ella si, en vez de crecer en humanidad, nos deshumaniza, agrede, lacera o anula como ser y te vuelve presa del mundo que te rodea
Entonces es cuando te reconoces a ti mismo, vuelves a ti solo para mirar que eres el hombre que fuiste capaz de hacer, del hombre que se hace responsable de sí mismo, de crearte, de construirte porque eres la medida de ti mismo...
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