DIOSES Y EMPERADORES
En la noche de los siglos, surgió fundada por dioses la ciudad del Cuzco. El cronista Betanzos cuenta una leyenda según la cual el Dios Wiracocha, creador de mundos y de hombres, caminado por cimas y cordilleras llego hasta un lugar al que llamo Cozco, así nace la ciudad milenaria bautizada por los dioses. Esta ciudad sera con el tiempo la cuna del Imperio Incaico, dos hijos del Dio Sol, Manco Capac y Mama Ocllo, enviados celestes en busca de un lugar propicio, para fundar un Imperio, tras largo caminar llegan al Cuzco, donde la mítica vara de oro se hunde para siempre y aquí fundan el Imperio, trayendo la herencia cultural de cien emperadores piruas y amautas.
Garcilaso nos contara la historia de los Incas y sus conquistadores, describirá la ciudad imperial, construida por el gran Pachacutec, "El revolvedor del mundo", verdadero arquitecto del Imperio, que ideo la solida organización incaica y reedifico la ciudad de acuerdo con el poderío político de los Incas y la filosofía de su clase dirigente, quiso hacer e hizo una ciudad eterna para asombro de las edades, la ciudad de piedra, que edificaron 50000 alarifes en 20 años de porfiada y diaria labor. Así surgió la gran plaza central de Huaccay Pata ( la Plaza de Armas actual), con sus palacios enhiestos como el Suntur Huasi (Triunfo). El Quishuarcancha, residencia de Wiracocha ( La Catedral). Casona, palacio de Pachacutec (Portal de Panes). Hatuncancha, palacio del Inca Yupanqui (Triunfo y Santa Catalina). Amarucancha, palacio de Huayna Capac (Universidad y Compañía). Así como la plaza de Cusipata (Regocijo). El Templo de Ccoricancha (Santo Domingo). El Acllahuasi o Convento de las escogidas ( Santa Catalina). El Yachay Huasi o Universidad (Nazarenas), teniendo por protección en lo alto de una colina a la fortaleza de Sacsayhuaman de la que el inca cronista nos dirá: "Más imaginar como pudieron aquellos indios, sin maquinas, ingenios ni instrumentos , cortar, labrar, levantar y bajar peñas tan grandes y ponerlas tan ajustadas como están, no se alcanza; y por esto lo atribuyen a encanto, por la familiaridad tan grande que con los demonios tenían".
Don Pedro Sancho de la Hoz, español del tiempo de la conquista, nos da una visión de la ciudad cuando dice: "Desde esta fortaleza se ven entorno de la ciudad muchas casas a un tuerto de legua y media legua, y una legua y en el valle que esta al medio rodeado de cerros hay mas de cien mil casas, y muchas de ellas son de placer y recreo de los señores pasados y otras de los caciques de toda la tierra que residen de continuo en la ciudad; las otras son casas y almacenes". Tal era la ciudad imperial de los Incas, centro de la cultura y del poderío de toda América del Sur en la época prehispánica, hasta ella legaban por los caminos de los cuatro Suyos, los hombres llevando los tributos de los cuatro mundos , se celebran las fiestas como la famosa del Intiraymi, la Pascua del Sol en el solsticio de invierno el 24 de junio, los doce Ayllos Reales, después de riguroso ayuno y ataviados de fiesta, reunidos en el Huacaypata saludaban al sol e iban hasta el Ccoricancha, por Intiquiccllo (Loreto), donde el Inca hacia la ofrenda ritual de la chicha sagrada, siguiendo después los ritos de la callpa augural y del nuevo fuego, para terminar con una gran fiesta de la que participan todos los súbditos del imperio. Al describir estas escenas Garcilaso dirá: "Yo escribí lo que mame de la leche, vi y oí a mis mayores". Así fue la meca americana centro de 300 santuarios.
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