DÍA DE LA MÚSICA
Del griego antiguo μουσική (musiké) "el arte de las musas". Y la musa de la música es Euterpe (en griego Ευτέρπη, "La muy placentera", "La de agradable genio" o "La de buen ánimo").
En el año 1594 Santa Cecilia fue nombrada patrona de la música por el Papa Gregorio XIII y, a través de los siglos, su figura ha permanecido venerada por la humanidad con ese padrinazgo. Su fiesta es el 22 de noviembre, fecha que corresponde con su nacimiento y que ha sido adoptada en muchos países como el "Día de la Música".
Lao Tsé diría que un jarrón da forma al vacío y la música al silencio, ya que indiscutiblemente el arte de los sonidos está enmarcado en el concepto. Pero la música no solamente son bellos sonidos. Decía Igor Stravinsky "No basta con oír la música; además hay que verla". Y yo podría decir mucho más, ya que nos transporta, nos hace viajar por los senderos de la imaginación, es el sentido de las lágrimas y los recuerdos, nos conmueve hasta lo más profundo, todo el cuerpo vibra al son del compás, cada célula es atrapada en la armonía universal que conlleva.
Carl Maria von Weber remata diciendo: "La música es el verdadero lenguaje universal", y hasta se puede agregar: "la música empieza donde se acaba la palabra".
Estamos hablando de algo que no tiene límites, sin fronteras ni banderas. Que no pertenece al hombre sino más bien a la naturaleza, a los átomos y a las estrellas. Es un eco del mundo invisible.
Robert Shumann nos revela que "La música es el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá" porque sin lugar a dudas supera los abismos de la vida y de la muerte. Transita los caminos insondables del alma recorriendo cada cuerda de su misterio.
En verdad, si no fuera por la música, muchas cosas dejarían de tener sentido... hasta el amor.
José de Guardia de Ponté
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