PENSAMIENTOS QUE NOS GUÍAN II
“Nos haremos indiferentes a medida que conozcamos bastante bien la superficialidad y la futilidad de los pensamientos, los límites reducidos de las nociones, la mezquindad de los sentimientos, lo absurdo de las opiniones y el número considerable de errores que se cobijan en casi todos los cerebros, y a medida que aprendamos, por la experiencia, con qué desprecio se habla en ciertas ocasiones de cada uno de nosotros, cuando se cree que no lo sabremos, y sobre todo, cuando hayamos oído una vez con qué desdén hablan del hombre más distinguido media docena de imbéciles. Entonces comprenderemos que atribuir mucho valor a la opinión de los hombres es hacerles demasiado honor”.
Arte del buen vivir - Schopenhauer
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El observador, es lo único real en todas las películas. Guionistas, cámaras, realización, montaje, producción, dirección, actores, proyector y sala de cine cobran sentido SOLO, a través de la mirada del observador. Sin el compuesto "observador", ninguna película tiene más argumentos que un grano de arena en el desierto del Sáhara.
Nuestra vida tiene guión, (los programas), cámaras (nuestros ojos), realización (nuestros pensamientos), montaje, (nuestra intención), producción (el Ego), dirección (nuestras decisiones), actores (yo, tu, él, nosotros, vosotros, ellos), proyector (la mente humana), sala de cine (mundo sensorial o plano físico) y nada de esto, absolutamente nada de todo esto, sin el compuesto observador, tiene más argumentos que un grano de arena en el desierto del Sáhara.
Pase lo que pase, dure lo que dure, muera quien muera, nazca quien nazca, luche o descanse, triunfe o fracase, ría o llore, suba o baje...
El observador, es lo único real en todas las películas.
José Vaso
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"He vivido solo, siempre, como consecuencia de una especie de malestar que me inspira la presencia de otros. ¿Cómo explicarlo? No podría. No me niego a ver gente, a conversar, a cenar con los amigos; pero cuando los siento cerca de mí durante un buen rato, incluso los más íntimos me cansan, me fatigan, me enervan, y experimento un deseo creciente, agobiante, de que se vayan o de irme yo, de estar solo".
Guy de Maupassant
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"Los hombres no vivirían mucho en sociedad si no se engañaran los unos a los otros."
François de La Rochefoucauld (1613-1695)
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